Esta calle toma su nombre por la Torralba, quien fuera mujer de un conocido bandolero del siglo XIX, el Torralbo.
Según cuenta la leyenda, tras la llegada de las tropas napoleónicas a Estepa, la Torralba, que regentaba una taberna, se las ingeniaba para emborrachar a los soldados franceses y matarlos posteriormente, echándolos a continuación a un pozo que tenía en su patio.
Poco después, fue apresada por un pelotón francés que la fusiló en el muro que da al solar donde estuviese la iglesia de la Victoria.
Como tributo por las acciones de la Torralba hay una inscripción en piedra en el mismo sitio que fue fusilada recordando la lucha que mantuvo contra el ejército francés utilizando los pocos medios que tuvo para ello.
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