Cerro de San Cristóbal

En la parte más alta de Estepa, en la Sierra Sur de Sevilla, encontramos el Cerro de San Cristóbal. Esta zona es de obligada visita para el turista, ya que en su entorno hay numerosos puntos de interés.

La ruta por el Cerro de San Cristóbal parte desde una pequeña torre octogonal de época almohade, la Torre Ochavada, convertida en centro de atención a visitantes en épocas señaladas como la Navidad.

En el siguiente vídeo mostramos unas pinceladas de lo que ofrece el Cerro tanto a turistas como a los habitantes de Estepa, ya que es un lugar lleno de vida que suele ser referencia a la hora conocer y disfrutar de la localidad.

Qué ver en el Cerro de San Cristóbal de Estepa

Destacan en el Cerro de San Cristóbal la iglesia de Santa María la Mayor, los restos del castillo y las murallas, la Torre del Homenaje, el convento de Santa Clara, el convento de San Francisco anexo a la iglesia de Nuestra Señora de Gracia, el mirador conocido como Balcón de Andalucía… además de unas vistas privilegiadas de la comarca.

> Torre del Homenaje, restos del Castillo y Murallas

El Castillo de Estepa fue levantado sobre el antiguo alcázar árabe. Lo que se conserva actualmente es fruto de las reconstrucciones realizadas en época santiaguista, no quedando nada del palacio en el que fue convertido por los Marqueses de Estepa.

Antigua puerta en las murallas de Estepa

Las murallas fueron reconstruidas por la Orden de Santiago en el siglo XIV, probablemente sobre las antiguas protecciones mulsulmanas. El tramo mejor conservado se ubica al este, rodeando y marcando el contorno del Cerro, permanenciendo hasta la actualidad las ruinas de una sola de sus puertas en forma de recodo.

La Torre del Homenaje se conserva prácticamente de forma íntegra. Es una torre albarrana que fue construida por la orden de Santiago, com una cámara cubierta por bóveda de crucería octogonal con los nervios apoyados en ménsulas, siendo visibles en ellas unas hojas de parra que representan a la Orden de Santiago.

Castillo de Estepa, turismo de la provincia de Sevilla

> Iglesia de Santa María la Mayor

La iglesia de Santa María la Mayor se fundó tras la conquista cristiana, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción. Conserva algunos restos arquitectónicos del periodo árabe, ya que fue construida sobre la mezquita mayor, en conjunción con elementos que engloban hasta comienzos del siglo XX, como puede ser la Torre.

La parte más monumental de este templo, de estilo gótico, corresponde al siglo XVI, constando de tres naves cubiertas por bóvedas de crucería.

Iglesia de Santa María La Mayor en Estepa

> Convento de Santa Clara

El Convento de Santa Clara de Estepa fue fundado en el año 1598, aunque su construcción se prolongó durante todo el siglo XVII.

Su iglesia es barroca, con una sola nave cubierta con bóveda de cañón y media naranja en el presbiterio, con una decoración espectacular y una interesante portada. El compás conventual posee un pórtico con arquería sobre columnas toscanas datado de principios del siglo XVII.

Muy importante en la visita al Convento de Santa Clara el hacer una parada en el torno de los dulces y pedir sus famosos tocinillos y crucetas.

Iglesia y Convento de Santa Clara en el Cerro de San Cristóbal, Estepa

> Convento de San Francisco e iglesia de Nuestra Señora de Gracia

El Convento de San Francisco en Estepa fue fundado en el año 1603 sobre la antigua ermita de San Cristóbal. Del convento original solo se conserva en la actualidad la iglesia de Nuestra Señora de Gracia.

Este templo tiene una planta de una cruz latina cubierta con medio cañón y bóveda de media naranja en el crucero. En su interior, sorprende su magnífica decoración, fechada en el siglo XVII.

Iglesia y Convento de Nuestra Señora de Gracia y San Francisco de Estepa

> Mirador Balcón de Andalucía

Entre los senderos y la vegetación del Cerro de San Cristóbal encontramos el Mirador conocido como Balcón de Andalucía. Es una extensión plana de terreno desde la que se puede obtener una gran panorámica de Estepa en primer plano y del olivar de su comarca en segundo.

Balcón de Andalucía en Estepa

Historia del Cerro de San Cristóbal

La situación geográfica del Cerro de San Cristóbal, en una posición prominente dominando la campiña circundante y el paso entre el valle del Guadalquivir y la costa mediterránea, hizo que estuviera habitado desde hace muchos siglos.

Primeros pobladores

Las excavaciones arqueológicas realizadas en diferentes partes del Cerro de San Cristóbal han permitido datar varias fases en su proceso de ocupación. Un primer momento, correspondiente a los siglos IX y VIII a.C., es el periodo tartesico precolonial. Características suyas son las cabañas circulares de piedra trabada con barro y techo de ramajes, así como la cerámica hecha a mano.

A partir del siglo VIII a.C. se observa un paulatino aumento de las influencias de las colonias fenicias establecidas sobre todo en Cádiz y en la costa mediterránea, es el periodo orientalizante, cuya manifestación más característica es la cerámica: poco a poco se va imponiendo el torno y un mayor refinamiento decorativo, además, se observa un cambio en los usos constructivos. Este periodo dura hasta el siglo VI a.C.

Época romana

A partir de este momento, y hasta la llegada de los romanos, entramos en el periodo ibérico en el que desaparece la factura manual de la cerámica.

Algunas fuentes identifican a la ciudad de Estepa con la legendaria Astapa, que prefirió la autoinmolación a caer bajo el dominio romano.

El desembarco romano en el valle del Guadalquivir se produjo en el siglo III a.c. como consecuencia de la segunda Guerra Púnica, tras la cual se produjo un cambio hegemónico de Cartago a Roma.

Se suele identificar a Estepa con la ciudad romana de Ostippo, perteneciente al convento jurídico de Astigi (Ecija).

Bien comunicada y dominando la fértil campiña circundante, existen datos documentales que demuestran una relativa importancia de esta ciudad: la declaración por parte de Roma como Ciudad Libre revela una cierta independencia, así como su posterior conversión en municipio con leyes propias.

De acuerdo con los datos recogidos en las excavaciones arqueológicas realizadas hasta la fecha, sabemos que la ciudad de Ostippo rebasó en esta época el estricto recinto del cerro, pues se han encontrado restos de edificaciones urbanas tanto en el Cerro como en el actual casco urbano de Estepa (falda del mismo), aún desconociéndose su perímetro exacto y su ordenación urbana.

Época musulmana

En el periodo de tiempo que va desde el año 711, llegada de los musulmanes a la península, hasta el año 1241, año de la toma de Estepa por Fernando III, el antiguo municipio romano se vería reducido a un castillo de gran valor estratégico dependiente, según el momento histórico, de Écija, Granada, Sevilla o Córdoba.

De nombre Hins Istabba, no debe, sin embargo, ser entendido como un simple castillo sino como villa o recinto fortificado bajo las ordenes de un administrador que servía como refugio a toda la comarca circundante (Distrito Castral) formada, además del castillo de Alhonoz, por los actuales términos municipales de Estepa, Gilena, Pedrera y Aguadulce.

Nuevamente vuelven a ser muy escasos los restos materiales de este momento histórico, probablemente, el recinto fortificado debió de coincidir prácticamente con el recinto amurallado posterior que se conserva estando, por tanto, restringida la ocupación a la cota más elevada del Cerro, la Mezquita Mayor con la actual iglesia de Santa María, en la que se conservan vestigios y el Castillo con las ruinas del actual (a excepción de la Torre del Homenaje, ya de época cristiana).

Desde la reconquista

Con la conquista de Estepa en el año 1.241, la villa quedará durante más de dos siglos inmersa en la zona fronteriza entre el reino de Castilla y el reino de Granada.

La situación de tensión e inseguridad existente en esta zona influyó decisivamente en todos los aspectos de la vida, la sociedad y la economía de la villa.

Este clima provoca comúnmente un escaso aumento demográfico. Estepa permanecería durante este periodo dentro de sus murallas, las mismas que, en mayor o menor medida, se conservan actualmente y que serían reconstruidas y reforzadas por la Orden de Santiago.

A partir de los primeros años del siglo XVI esta situación se invierte, la población empieza a aumentar y a abandonar el cerro extendiéndose por su falda, perdiendo paulatinamente éste su peso específico hasta quedar prácticamente abandonado en la actualidad, manteniéndose solo en pie y en uso sus edificios religiosos.

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